La política española esta convulsionada y desbordada por los acontecimientos recientes y a pesar de ellos, el país mejora sin gobierno. Y como es natural, los políticos están preocupados por el hecho de que los españoles nos percatemos de que su presencia es menos necesaria de lo que nos indican. Hace pocos días un buen amigo me decía que “de esta forma los políticos no hacen tonterías, gastan menos y no cometen errores”. Donald Trump, no está loco, al menos para una parte notable del electorado americano. Dice cosas que “encajan” con lo que piensan muchos ciudadanos pero que nadie se atreve a expresar, porque “no forman parte de las expresiones políticamente aceptables. No forman parte del discurso de la clase política”. No me gusta Trump, pero debo reconocer que dice cosas que están en la mente de muchos de los que le escuchan.