I.- El sistema es la suma del modelo, de los valores que conforman la cultura y de las prácticas judiciales.
II.- El sistema condiciona el resultado, porque es el mejor regulador de los comportamientos humanos.
III.- El resultado del sistema judicial es la suma de la ecuanimidad de las sentencias y del coste para producirlas. Como todo en la vida, el resultado es calidad y coste.
IV.- La Justicia somos todos, no solo su administrador principal, el Juez. Nuestro sistema judicial obvia que la Justicia es el resultado de un proceso en el que intervienen, un gran número de actores de cuyos comportamientos dependerá que el resultado final sea adecuado en calidad y coste.
V.- Es muy difícil que de un sistema judicial con grandes carencias y, sobre todo, con un modelo de gestión anticuado se obtenga un resultado eficaz. Lo que nos lleva a la triste conclusión de que tenemos una Justicia cara y mala.
VI.- Las personas son importantes siempre, pero lo son más cuando los sistemas tienen notables carencias. O dicho en otras palabras, los Sistemas eficientes son capaces de producir buenos resultados con personas “normales” porque el Modelo les ayuda a ser eficaces. Por contra, los Sistemas ineficientes predeterminan el resultado, lo que supone que para obtener buenos resultados se demandan personas extraordinarias, que aporten sobre esfuerzos que implican costes desmedidos.