No son sus esperadas pérdidas, sino el impacto que ha provocado en la sociedad y en el mercado su constitución y puesta en marcha. La cuenta de explotación de la Sareb es el chocolate con loro de su aporte de valor, porque la Institución es un instrumento para retornar al mercado, los inmuebles que acabaron en manos de los bancos, como consecuencia de su ineficaz forma de proceder. Y ese transfer, se debió hacer con las menores pérdidas posibles.