A Pedro Sanchez con el respeto que se merece por sus actos. Adopta posiciones públicas progresistas… Un contubernio perfectamente orquestado lo cesa en un tumultuoso asalto la Bastilla. Se arremanga e inicia una cruzada por la dignidad de los socialistas y después de un largo camino, sus adversarios pierden lo que aparentaba ser un anticipado triunfo en las primarias y el se convence que el resultado es el fruto de sus méritos y no el fracaso de los actos decimonónicos de sus adversarios. Vuelve a la Bastilla y desde entonces, solo habla para mantenerse en el poder. En poco tiempo ha pasado del Cielo, al Infierno para situarse en el Limbo, que es un lugar donde no hay pena ni gloria, pero que le permite mantener su posición de poder, aunque en el camino se quede el país en ciernes y desaparezca gran parte de la obra que sus antecesores le transfirieron.