La llaman de muchas maneras, “el virus de la protesta”, “el populismo”, “el fin del régimen del 78”, “el final de la Transición”, “el ansia de libertad”, “la respuesta de las clases desfavorecidas”, “los movimientos transversales”, “el final de la prensa libre”. Los comentaristas intentan dar respuestas que encajen con los marcos de referencia del pasado. Y por tanto, inventarían los supuestos elementos en común que, según dicen, tienen los movimientos sociales que han cristalizado en las grandes movilizaciones de Francia, de Catalunya, de Colombia, de Chile, de Bolivia, de Irak, de Hong Kong…