Los jueces europeos tumban la estrategia legal sustentada por la Audiencia Nacional y por el Tribunal Supremo. El juez Llarena va a tener dificultades para continuar su carrera judicial, porque su estrategia de utilizar una interpretación política del Código Penal le ha situado fuera del marco legal que justifica su existencia como juez de un alto tribunal. Me temo que en los próximos años, sus compañeros de profesión le irán abandonando y le situarán en el espacio decimonónico donde él mismo se ha ubicado: ser el paladin del unionismo español.