Las cosas nunca ocurren por casualidad. Si no hay una respuesta consonante con la acción, es porque esta se encaja en un mundo que no existe, el que se infiere de las mentes perturbadas de políticos españoles, que continúan funcionando al margen del mundo en el que viven. No es admisible, en modo alguno, que se mienta de manera fragante. No es admisible, que se ofenda instrumentalizando grandes farsas, que pretenden captar votos desprestigiando las más elementales normas de una convivencia cívica.